KV – Los Dorados
Museo Francisco Villa, Durango, México

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La triple propuesta artística de Alejandro Gómez de Tuddo comprende dos exposiciones fotográficas y una instalación. Por una parte, las fotografías del proyecto KV (Koimeterion V) nos conducen hacia los detalles íntimos del microcosmos del cementerio, mientras que las imágenes panorámicas de gran formato de Pantonecrópolis cuestionan el concepto de frontera entre la ciudad de los vivos y la de los muertos; por la otra, a través de la instalación Los Dorados, propone una reflexión sobre el significado del objeto central del rito funerario como símbolo de poder.

La fusión de estos tres elementos genera una escatología imaginada, que pone de manifiesto la relación entre la domus ultima, el tiempo y el espacio: piedra angular de la obra de Alejandro Gómez de Tuddo.

En el año 2014, en la sala octagonal de la Irish Georgian Society de Dublín, se presentó por primera vez, bajo el nombre de KI, la serie de fotografías del Proyecto Koimeterion (del griego κοιμητήριον,”dormitorio”). En 2016, en la galería AuditoriumArte de Roma, se inauguró la muestra Pantonecrópolis y se expuso la serie KII. El Centro Nacional de las Artes presentó en 2017, la expansión y evolución de las dos series anteriores, fundidas orgánicamente en KIII, Pantonecrópolis y la instalación Columbarium. Recientemente, en el Centro de las Artes de San Luís Potosí, se exhibieron la serie KIV y Pantonecrópolis en concordancia con la instalación “Acacia”.

A la fecha, el artista ha visitado más de 500 cementerios en diversas partes del mundo, de muy distintos credos o ninguno, en funciones y en desuso. La elección de las necrópolis no está sujeta a ningún plano preconcebido; por el contrario, para trazar su necro-cartografía de la humanidad en su esfuerzo por alcanzar el más allá, el artista-viajero se deja guiar por las voces de las personas que al cruzar su camino, evocan lugares de la memoria y de la muerte.

Mientras que Pantonecrópolis y KV plantean una reflexión sobre como la muerte se convierte en un medio para afirmar el poder de la vida a través de la cultura, la simbólica instalación Los Dorados, revela la necesidad de afirmar el poder más allá de la muerte; a través del objeto funerario emblemático transformado en discurso socio-político.

Cuca Mia, Municipal Cemetery, Durango, Mexico

Pancho Villa Cemetery, Tlaxcala, Mexico

Cuantos jilgueros y cenzontles veo pasar,
pero que triste cantan esas avecillas
Van a Chihuahua a llorar sobre el Parral
donde descansa el General Francisco Villa. 

Lloran al ver, aquella tumba,
donde descansa para siempre el general.
Y ni un clavel, ni por ninguna
solo hojas secas que le ofrece el vendaval. 

De sus “”Dorados””, nadie quiere recordar,
y Villa duerme bajo el cielo, de Chihuahua,
solo las aves que gorjean bajo el Parral
van a llorar sobre la tumba abandonada. 

Sólo uno fue, que no ha olvidado
a su sepulcro una oración a murmurar,
amigo fiel, cual buen Dorado
grabo en su tumba, “”estoy presente General””. 

Canten jilgueros y cenzontles sin parar,
y que sus trinos se oigan en la serranía
y cuando vuelen bajo el cielo del Parral
lloren conmigo por aquel Francisco Villa 

Adiós, adiós, mis avecillas,
Yo también quiero recordar a mi nación,
Que allá en Parral, descansa Villa
En el regazo del lugar que tanto amo. 

Los Dorados: “La derrota de la muerte por el recuerdo”

¿Quienes son Los Dorados?
¿Son un espacio, una fantasía, una metáfora del deseo irrefrenable de trascendencia e inmortalidad?
¿Son quienes disponen que su domus ultima refleje sus privilegios en vida, porque temen perderse en la muerte y en su intento por vencerla pretenden asegurar su recuerdo?
¿Son aquellos que se valen del aureo objeto-reliquia, objeto-fetiche, objeto-ropaje para engañar a la muerte?
¿Son los bañados en oro, los resplandecientes, los elegidos o los autolegidos?

Lo cierto es que el cuestionamiento ontológico se convierte en discurso socio-político, a través del poder simbólico del objeto y del objeto como símbolo de poder.